(ZENIT – 18 Dic. 2017).- En medio de los problemas y de las angustias, aprendamos de San José que sabe “cómo caminar en la oscuridad”, “cómo se escucha la voz de Dios”, “cómo se va adelante en silencio”.
El Santo Padre reflexionó con estas palabras esta mañana en la Eucaristía celebrada en Santa Marta, a partir del Evangelio de San Mateo, propuesto por la liturgia del día en el que se explica que Jesús nacerá de María, esposa de José, hijo de David.
“San José se hizo cargo de una paternidad que no era suya, sino que provenía del Padre”, e hizo crecer al Niño Jesús llevándolo hasta la madurez del hombre, recordó Francisco en la homilía de este tercer lunes de diciembre.
“José luchaba por dentro y en esa lucha, oyó la voz de Dios: ‘Pero levántate’ – ese ‘levántate’ (que aparece) tantas veces al inicio de una misión en la Biblia: ‘¡Levántate!’ – toma a María, llévala a tu casa. Hazte cargo de la situación: toma en tus manos esta situación y ve adelante”. José no fue a consolarse con sus amigos, no fue al psiquiatra para que interpretara el sueño… No. Creyó. Y fue adelante. Tomó en sus manos la situación. Pero, ¿qué debía tomar José en sus manos? ¿Cuál era la situación? ¿De qué cosa José debía hacerse cargo? De dos cosas. De la paternidad y del misterio”.
José debió “hacerse cargo” de la paternidad –señaló el Papa Francisco–, y esto ya se intuye en la “genealogía de Jesús”, en que se explica cómo “se pensaba que fuese el hijo de José”: “Él se hizo cargo de una paternidad que no era suya: venía del Padre.
Y llevó adelante la paternidad con lo que significa, ha descrito: no sólo sostener a María y al Niño, sino también hacer crecer al Niño, enseñarle un oficio, llevarlo a la madurez de hombre. ‘Hazte cargo de la paternidad que no es tuya, es de Dios’. Y esto, sin decir una palabra. En el Evangelio no hay ninguna palabra dicha por José. El hombre del silencio, de la obediencia silenciosa”.
El Pontífice ha afirmado de San José que fue un hombre que “tomó en sus manos el misterio”, tal como se explica en la Primera Lectura: “José toma en sus manos este misterio y ayuda: con su silencio, con su trabajo, hasta el momento en que Dios lo llama a sí. De este hombre que se hizo cargo de la paternidad y del misterio, se dice que era la sombra del Padre: la sombra de Dios Padre. Y si Jesús hombre aprendió a decir “papá”, “padre”, a su Padre que conocía como Dios, lo aprendió de la vida, del testimonio de José: el hombre que custodia, el hombre que hace crecer, el hombre que lleva adelante toda paternidad y todo misterio, pero que no toma nada para sí mismo”.
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