19 de octubre de 2021 | Delegado de Comunicaciones | OCTUBRE 18, 2021 20:28REDACCIÓN ZENITIGLESIA Y MUNDO, TESTIMONIOS
Este descubrimiento ha sido llevado a la bibliografía especializada por medio de un artículo en online que ya se puede consultar.
Por: Valentina di Giorgio
En 1340, unos 150 años antes de que Cristóbal Colón tocase la tierra de un nuevo continente, un fraile milanés llamado Galvano Fiamma dejaba constancia en su obra “Crónica Universalis” de la existencia de más tierras al oeste de Groenlandia.
El dato -y la obra- han sido recientemente conocidos gracias a los estudios realizados por un equipo de investigadores de la Universidad de Milán. El libro de Fiamma llegó hasta ellos gracias a que en 1996 un coleccionista estadounidense compró esta obra inédita a la casa Christie’s, por casi 15 mil dólares. Los investigadores identificaron en la obra la referencia a Marckalada, reconocida en obras islandesas como la costa de América del norte. Aunque la obra es privada, el propietario facilitó el trabajo con la misma.
Este descubrimiento ha sido llevado a la bibliografía especializada por medio de un artículo en online que ya se puede consultar. Fiamma, un fraile dominico del norte de la actual Italia que ejerció de historiador, habría conocido estas referencias por su contacto con los marineros milaneses. La traducción de la parte de sus “Crónicas” donde se alude a América dice así:
«Los marineros que surcan los mares de Dinamarca y Noruega dicen que más allá de Noruega, hacia el norte, se encuentra Islandia. Más allá hay una isla llamada Groenlandia; y más al oeste hay una tierra que se llama Marckalada. Los habitantes del lugar son gigantes: hay edificios de piedras tan grandes que ningún hombre podría ponerlos en su lugar, si no gigantes muy grandes. Allí crecen árboles verdes y viven muchos animales y pájaros. Pero nunca ha habido ningún marinero que haya podido conocer con certeza noticias sobre esta tierra y sus características».
Este texto, en un gótico del norte de Italia, fue traducido por Giulia Greco, doctoranda de Trieste, quien dice reconoce que fue fácil descifrar el texto, “Además de la transcripción de la parte del texto que le fue asignada, cada alumno tuvo que identificar las fuentes utilizadas por Galvano para la información que recogió. Para la frase ‘americano’, en particular, no se han identificado fuentes de libros, por lo que hay que creer a Galvano cuando dice que estaba recogiendo información oral».
FUENTE: www.es.zenit.org