(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 13 Sept. 2017).- Dos días después de regresar de Colombia, el papa Francisco retomó las audiencias generales de los miércoles en la Plaza de San Pedro, favorecidas por un clima agradable de final del verano.
El Santo Padre entró en el Jeep abierto, saludando a más de trece mil fieles presentes, que le recibieron con manifestaciones de alegría, agitando pañuelos y banderas.
El Pontífice comentó el reciente viaje a Colombia, del 6 al 11 de septiembre, y aseguró que la catolicidad de ese pueblo es una riqueza para toda la Iglesia.
En su resumen de la audiencia en Español el Papa dijo: “En la catequesis de hoy deseo hacerles partícipes de mi reciente Viaje Apostólico a Colombia. En primer lugar, quiero agradecer desde aquí al Presidente por su invitación a visitar ese país, a las Autoridades, a los Obispos, y a todos cuantos han colaborado para hacerlo posible, y muy especialmente al pueblo colombiano por su acogida, su alegría y su afecto”.
Recordó que el lema del Viaje era «Demos el primer paso», y “miraba al proceso de reconciliación que vive hoy Colombia para poder salir de 50 años de conflicto interno. Con mi visita he querido bendecir el esfuerzo de ese pueblo, confirmarlo en la fe y en la esperanza, y recibir su testimonio, que es una riqueza para mi ministerio y para toda la Iglesia”.
Señaló que durante este viaje en el país latinoamericano “he podido contemplar los deseos de paz y de vida de tantos niños y jóvenes, en quienes exulta la esperanza. He podido encontrar también a los Obispos de esta nación y a los representantes del CELAM, para alentar su labor”.
“En la etapa culminante de mi viaje, Villavicencio, hemos oído el conmovedor testimonio de los mártires y hemos visto el cuerpo mutilado del Cristo de Bocayá, esto nos ha recordado que la paz se funda, ante todo, sobre la sangre de testigos del amor, de la verdad, de la justicia y de la fe. En Medellín y Cartagena, el tema ha trascendido a la misión y al servicio, con ejemplos insignes de vocación y de seguimiento de Jesús, que hoy como ayer se entregan a los más pobres y se consagran a la promoción humana integral”, dijo
Y concluyó saludando “cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Confío a todos a la Virgen de Chiquinquirá, que ella pueda ayudarnos a dar el primer paso hacia un mundo más justo y en paz”.
La audiencia concluyó con el canto del Padre Nuestro en latín y la bendición de los objetos religiosos que las personas han llevado.
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