El día 15 de mayo se ha convertido en una festividad que honra la actividad docente. Ellos cumplen una función decisiva, pues han recibido de parte de Dios una Gracia muy especial, la de moldear y guiar la formación de de los niños y jóvenes en un mundo lleno de hostilidades, de cambios y transiciones que afectan la dignidad humana. Dios los ha puesto precisamente para conquistar el corazón de estas personas que apenas están abriendo los ojos en este mundo y así ofrecerles las herramientas necesarias que propicien en ellos el conocimiento para cultivar los valores fundamentales, especialmente el eje central de la predicación del Maestro de Maestros, Jesús de Nazareth:" el amor a Dios y al prójimo como a sí mismo"; de esta manera los docentes se convertirán en ese puente entre los jóvenes y la Iglesia. Es por esta razón que la Iglesia hace un reconocimiento especial en su día a todos los docentes que luchan por una sociedad equitativa, justa y participativa. Esta también es una fecha propicia para enaltecer y dignificar la labor de los educadores.