Los Participantes Al Congreso En San Salvador (Fto. Celam.Org)
(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 Ago. 2017).- El congreso tres días que se realizó del 13 al 16 de agosto en San Salvador, sobre una pastoral social comprometida con la causa de los pobres y dedicado al 50 aniversario de la Encíclica Populorum Progressio, del beato Pablo VI, concluyó con un mensaje final.
Organizado por diversos departamentos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la cita reunió a representantes de los 22 países de las pastorales sociales Cáritas de la región, a integrantes del equipo directivo de Caritas Internationalis, y a invitados especiales de Europa y Estados Unidos.
Entre sus 102 participantes, estaban el cardenal Luis Antonio Tagle, presidente Cáritas Internationalis, su secretario Michel Roy, y el presidente de Cáritas de El Salvador, el cardenal Gregorio Rosa Chávez.
Durante tres días se desarrollaron actividades formativas y de reflexión conjunta, con miras a construir una pastoral social comprometida con la causa de los pobres. También se realizaron conferencias centrales sobre “El Desarrollo en la Doctrina Social de la Iglesia”, “Una mirada teológica al desarrollo” y “Una mirada desde la Pastoral Social Cáritas”.
Asimismo los participantes trabajaron también, en talleres simultáneos de “Ecología y Desarrollo”, “Equidad entre hombres y mujeres”, “Objetivos de Desarrollo sostenible” y sobre la “Encíclica Laudato Si‘ y el cuidado de la Casa Común”.
El documento final lleva por título: “Un nuevo humanismo para el desarrollo integral”, y subraya los “diversos desafíos que hoy nos interpelan y nos duelen: La pobreza, y la tendencia regresiva a ella de millones de personas en nuestros países, producto de sistemas económicos y políticos que valoran más el tener que el ser, el beneficio económico más que la vida, las ideologías por encima de las personas, y que asumen el poder como dominación y no como servicio liberador”.
Así la declaración final hace un llamado “a los Gobiernos, a las empresas y el sector de la economía, a los políticos, a las instituciones democráticas que tienen la responsabilidad de generar políticas públicas para nuestros pueblos, a las comunidades eclesiales y a todos los discípulos y discípulas misioneras, a trabajar solidariamente por el bien común, por un desarrollo integral y solidario; promoviendo la vida, respetando la naturaleza y nuestros ecosistemas como obra del Creador asumiendo las propuestas de la Encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco.
Añaden que “no podrá haber desarrollo sin el respeto de la creación, sin una mayor valoración de las culturas indígenas y las creencias ancestrales de nuestros pueblos; en fin, debemos trabajar para que toda persona logre “pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas” (PP 20-21), siendo conscientes que sin el desarrollo de nuestros pueblos es muy difícil lograr la paz”.
Fuente:https://es.zenit.org