Habitantes de la serranía de las Quinchas, veredas Curubita, Camilo, El Carmen, Nazareth y Altazor, en el municipio de Otanche, Boyacá, hacen posible el sueño del turismo comunitario.
Desde el año 2019, comunidades de la serranía de las Quinchas vienen construyendo un proceso de turismo de naturaleza en el marco del acompañamiento facilitado por el Programa de Desarrollo y Paz Boyapaz, en alianza con entidades como E3-Ecología, Economía y Ética y el Oleoducto Central S.A.S. Ocensa con el propósito de fortalecer la gobernanza territorial en esta región rica en biodiversidad y valores culturales campesinos.
El proceso se viene realizando mediante el fortalecimiento de capacidades en turismo sostenible, valoración de la biodiversidad y gastronomía, entre otros, por parte de expertos de entidades como The Royal Botanic Gardens, Kew, Talking Transformation, Think Galapagos y Acorn Tourism y las destacadas concineras Marcela Arango y Antonuela Ariza. Así como en la creación de condiciones operativas y organizativas que han permitido a las comunidades establecer acuerdos para la gestión del territorio con base en corresponsabilidad e igualdad de beneficios.
Durante el último año se han desarrollado pilotos con turistas nacionales y extranjeros que han visitado las Quinchas para realizar senderismo, observación de especies de fauna y flora representativa de la serranía, especialmente: aves, mariposas, mamíferos, palmas y ceibas, entre otras especies. Aunque la iniciativa va más allá. El proceso ha permitido que, con el esfuerzo de las familias y las comunidades, se realicen adecuaciones en viviendas propias del occidente de Boyacá que llaman la atención por su sencillez, comodidad y facilidad de inmersión cultural con los pobladores históricos de las Quinchas.
Vale la pena destacar el importante papel que han tenido las mujeres creando recetas innovadoras con productos locales y plantas del bosque, que muestran como la paz y la transformación del territorio también se hace desde la cocina. Esto teniendo en cuenta que detrás de cada preparación de alimentos hay una historia de reconciliación por transformar la región.
Conocer las Quinchas es una experiencia excepcional. Es frecuente encontrar empanadas de nacuma (planta con forma de palma que también se usa artesanalmente), ensaladas frescas con guatila y auyama, aderezos con guayaba y frutos silvestres, jugos con aguacate y postres de plátano, entre otros.
Para Graham Knight, jefe de Clima, Ciencia y Economía de la Embajada Británica, Bogotá, socio del proceso que visitó el proceso los primeros días de febrero del 2022 “Es una experiencia increíble la biodiversidad que hay en las Quinchas y conocer las tradiciones de las comunidades, la gastronomía y los saberes locales”.
En tiempos de pospandemia, la comunidad seguirá fortaleciendo este proceso con el fin de abrir nuevas oportunidades para los habitantes de las Quinchas, incluyendo la fauna, la flora, los cuerpos de agua y todos los seres vivos que coexisten en este territorio tan importante para Colombia y el mundo por los beneficios ambientales que presta. Por ello se espera atraer turistas que quieran conocer su cultura y sus valores, aportando a la generación de medios de vida sostenible, y entendiendo que se le abren las puertas a quienes aporten a la paz y la unión comunitaria.
El Programa de Desarrollo y Paz – Boyapaz, le apuesta al fortalecimiento comunitario y a la gestión con aliados que permitan a las comunidades acceder a programas de fortalecimiento para el mejoramiento de sus condiciones de vida.
Fuente: Programa de desarrollo y paz de Boyacá