28 de Febrero, 2020 | Comunicación Social | Cúcuta, Basílica
Como Sacrosanta Basílica, saludó Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, a esta nueva casa real, que llena de dones y privilegios a Norte de Santander.
Este 22 de febrero de 2020 con una Eucaristía, presidida por Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, fue oficialmente elevada la parroquia San Luis Gonzaga a Basílica Menor, dignidad que fue otorgada el pasado 30 de octubre de 2019 por Su Santidad, el Papa Francisco.
A la ceremonia de concesión del título de Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, asistieron el Secretario de la Nunciatura Apostólica en Colombia, el padre italiano Giovanni Bicchierri; Monseñor Héctor Epalza Quintero, Obispo Emérito de Buenaventura; Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de la Diócesis de Tibú; el presbiterio diocesano; seminaristas; autoridades civiles; miembros de la Policía Nacional y fieles laicos.
La gran romería que se congrega en la parroquia San Luis Gonzaga, fue uno de los méritos por los que el Papa Francisco concedió el título de Basílica Menor, lo cual se apreció en esta ceremonia, donde el Templo recibió gran aglomeración de feligreses tanto adentro, como afuera, por lo que fue necesaria la instalación de dos pantallas gigantes, para que los fieles y personas de buena voluntad no perdieran detalle de este momento santo e histórico.
En su homilía, el Obispo de esta Iglesia Particular expresó su agradecimiento al Papa Francisco: “Al Santo Padre va nuestro recuerdo agradecido, nuestra devoción filial, la intención de escucharlo y amarlo, como "Centro de la Unidad de la Iglesia", orando por su ministerio como sucesor de Pedro en su Cátedra de Roma”. Recordando que por ser Basílica, las intenciones de la Eucaristía serán a diario también por el Papa.
Monseñor manifiesta que este título del que ahora goza no sólo una comunidad, sino una región entera, es la “infinita bondad de Dios”, quien “nos revela su amor con la prueba más grande: la Encarnación del Verbo”. Gracias a la Santísima Virgen María, en este pueblo de Dios que peregrina en la zona de frontera, “miramos con amor y devoción hoy más que nunca el rostro de Cristo, el Hijo bendito en los brazos de una Madre que también nos mira y acoge a nosotros”. Desde esta Basílica, Monseñor Víctor afirma que “seguiremos pidiendo por el don de la paz, para que se viva la reconciliación y la justicia social, para que reine entre nosotros el diálogo”.
De igual forma, a los pies de la Reina del cielo, añade el señor Obispo: “imploramos por tus hijos que vienen de Venezuela, pedimos por ellos, por sus necesidades, acógelos dentro de tu manto”.
Finalmente, Monseñor en nombre de la Diócesis de Cúcuta, se compromete con ‘La Chinita’, como le dicen a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, a agradecerle a diario por su protección, a ratificar la fe y devoción, vivir como hermanos, mantener la esperanza, ser fieles al Evangelio y expresar el afecto agradecido por el Papa Francisco que “nos conoce y nos ama, porque sabe que en esta tierra bendita amamos lo que es el amor de su corazón de padre: el pobre, el migrante, el que lleva sobre su corazón el dolor de Cristo aumentado en tantas dolorosas experiencias de humillación de desplazamiento y de marginación”.
Fuente: www.cec.org.co