REFLEJO VIVO DEL AMOR DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO
En nombre de todos los obispos, sacerdotes, comunidades religiosas, Diáconos, Seminaristas y todo el Pueblo de Dios de la Provincia Eclesiástica de Tunja me permito expresar a nuestro muy querido Arzobispo Metropolitano nuestra filial felicitación por la bella labor pastoral que ha realizado durante 50 años; al mismo tiempo, que elevamos plegarias al cielo para agradecerle su benemérita misión cumplida en todos los lugares donde Dios lo ha enviado.
Es una gracia de Dios poder expresar en su periódico Puente Boyacense algo de su altísima personalidad tan bendecida por Dios y enriquecida con tantos dones y carismas para la gloria del Padre y el bien de la Iglesia universal. Para hablar de Monseñor Luis Augusto, la única manera es entrar en contemplación con la Augusta Trinidad y poder ver en el Señor Arzobispo, el Amor del Padre, la Entrega total del Hijo y el fruto de la Paz, don del Espíritu.
Quienes tenemos la fortuna de compartir con él las alegrías y los retos de nuestra amada Iglesia experimentamos su paternidad cercana, cálida, tierna, bondadosa, misericordiosa que inspira y es fuente de seguridad y de confianza. Su corazón siempre palpita de amor para todos, sus brazos están abiertos para recibir a los pobres y necesitados.
Su alegría contagiosa y sus claras enseñanzas acercan a Dios por su sabiduría y cuidados paternales.
Jesucristo, el único misionero del Padre, quiso elegirlo para ser un misionero por vocación. Fiel cumplidor del Lema del Beato José Allamano, Fundador de los Misioneros de la Consolata: “ser Misioneros en la cabeza, en la boca y en el corazón”. Firme como un roble se mantuvo a la cabeza del Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán y Puerto Leguízamo. Es tan brillante y asertivo que se mantuvo en dos ocasiones a la cabeza del Episcopado colombiano, en calidad del Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia en los momentos críticos que más lo necesitaba Colombia. En la Arquidiócesis y la Provincia Eclesiástica de Tunja es la cabeza de la Misión evangelizadora de una Iglesia en salida y gestor de muchas obras que son testimonio de un pastor visionario y amado por Dios. Otro tanto, podríamos decir de su boca siempre dispuesta al anuncio del Mensaje del Evangelio y de su corazón palpitando con el de Jesús como egregio Pastor según el corazón de Dios.
Monseñor Luis Augusto es un Misionero ungido en todo su ser por la Fuerza poderosa del Espíritu Santo. Tan inspirado por Él que pleno de su sabiduría se constituye en mediador de la paz en Colombia, que con la fortaleza propia de un Ungido del Señor nos orientó a todos los Obispos de Colombia por los caminos de la comunión, fraternidad y misión. Hablando de sus escritos es la pluma de oro del Episcopado Colombiano. Bajo la guía del Espíritu Santo traspasa los límites de su Arquidiócesis y de Colombia para ir a Misionar a lo largo y ancho de los cinco continentes, haciendo realidad en todos los corazones la palabra del Profeta Isaías: “Qué hermosos son sobre los montes los pies del Mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia la Salvación” (Is 52,7).
El mejor regalo para quien es el Paradigma del Buen Pastor y para quien nos ha dejado la huella de su paternidad, fraternidad y amistad en cada uno de nuestros corazones, estampando la imagen de Dios en nuestras vidas, es sin duda la ORACIÓN. Alabemos y Bendigamos a Dios por su Ministerio Episcopal y agradezcámosle a su querida familia que tan generosamente ha ofrecido a la Iglesia el mejor de sus hijos.
Que Nuestra Patrona y Reina de Colombia lo siga acogiendo, abrazando y protegiendo como a su Hijo, Sumo y Eterno Sacerdote.
+Luis Felipe Sánchez Aponte
Obispo de la Diócesis de Chiquinquirá
Fuente: Diócesis de Chiquinquirá