RESUMEN
(ZENIT – 29 enero 2018).- “Aprendamos a encontrar refugio, yendo cada día a la Madre”: es la exhortación del Papa Francisco este domingo 28 de enero de 2018, en la basílica papal de Santa María la Mayor.
El Papa celebró la misa a las 9h, con motivo de la festividad del traslado del icono de María “Protectora del Pueblo Romano” y de su retorno a la Capilla Paulina de la Basílica después de meses de restauración. El Papa fue recibido por el arcipreste de la basílica, el cardenal polaco Stanislaw Rylko.
“La Madre custodia la fe, protege las relaciones, salva en la intemperie y preserva del mal. Allí donde habita la Virgen, el diablo no entra en esa casa. Donde está la Madre, la perturbación no prevalece, el miedo no vence”, dijo el Papa Francisco.
Después preguntó y constató: “¿Quién de entre nosotros no tiene necesidad?¿Quién de entre nosotros no se inquieta a veces?. ¡Cuántas veces el corazón es un mar en la tempestad, donde las olas de los problemas se superponen y los vientos de las preocupaciones no cesan de soplar!”
Él respondió que las seguridades no viene de la tecnología, sino de la “Madre”: “María es el arca segura en medio del diluvio”. No serán las ideas o la tecnología las que nos darán consuelo y esperanza, sino el rostro de la Madre, sus manos acariciando la vida, su manto que nos protege. Aprendamos a encontrar refugio, yendo cada día a la Madre”.
Al final de la celebración, el Cardenal Rylko agradeció al Papa Francisco su presencia, recordando que viene a confiar sus viajes internacionales a María y viene a dar gracias a Santa María la Mayor a su regreso: “La “Protectora del Pueblo Romano” es también “vuestra Madonna” como lo demuestran sus vistas privadas antes y después de sus viajes papales. Hizo hincapié en el vínculo entre la misión y la confianza en María: “Gracias Santo Padre, porque con vuestro ejemplo nos recordáis que la Iglesia parte en misión siempre llamando a la puerta de la Madre”.
Estaba encantado de que la restauración haya “devuelto al icono su luminosidad original, que queremos preservar para las generaciones venideras”.
El icono, presente a la derecha del altar durante la celebración, fue llevado en procesión y colocado sobre el altar de la Capilla Paulina. El Papa lo incensó y depositó flores en el altar.
Fuente:https://es.zenit.org