EL PAPA FRANCISCO NOS HABLÓ AL CORAZÓN
Los eventos pasan y se olvidan. Los ACONTECIMIENTOS son una invitación a dejar huella ya que los corazones son tocados. Jesús ha sembrado por medio de la persona del Papa en un terreno fértil como el nuestro. Es responsabilidad de todos no dejar caer el entusiasmo y la emoción que todos vivimos ante la presencia del Papa. El optimismo y la esperanza no pueden decaer.
La visita del Santo Padre deja un ambiente de esperanza, de compromiso y de vitalidad para toda Colombia que acogió masivamente su Mensaje y que ahora se siente comprometida a seguir dando pasos hacia una Cultura del Encuentro, la Centralidad de los Pobres y la Reconciliación y el Perdón.
Cultura del Encuentro. El Papa propuso la cultura del encuentro como una mediación para la reconciliación. Esta cultura consiste en saber que más allá de nuestras diferencias somos todos parte de algo grande que nos une y nos trasciende. El Papa nos pidió trabajar sin cansarnos para construir puentes, derribar muros, integrar la diversidad y promover la cultura del diálogo. Es la hora de desactivar los odios, renunciar a las venganzas, abrirse a una convivencia basada en la justicia y la verdad. También nos invitó a caminar juntos cada día para ir al encuentro del otro en busca de la armonía y unidad.
Ante la compleja situación de nuestra nación, la respuesta es el trabajo de todos, el compromiso de favorecer el diálogo y el encuentro que lleve a la cooperación de todos a la lucha por el bien común para generar un verdadero proyecto de nación con base en la participación, la inclusión, el respeto y la solidaridad.
La centralidad de los pobres. Este es un aspecto que ha marcado su pontificado. Nos insistió mucho con gestos y palabras que pongamos la mirada en los que son excluidos y marginados por la sociedad, en aquellos que son arrinconados y desechados. Nos invitó a poner nuestra mirada en los campesinos, los más débiles, los que son explotados y maltratados, los que no tiene voz. De manera especial, en la mujer por sus valiosos aportes a la Iglesia y a la sociedad. Es deber de todos escuchar a los pobres y a los que sufren. Añadió: No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos o una minoría
ilustrada que se apropie de un sentimiento colectivo. Se trata de un proyecto para ser solidarios y vivir juntos como hermanos.
La reconciliación y el perdón. La reconciliación es un encuentro entre hermanos dispuestos a superar la tentación del egoísmo. Es fruto de sentimientos fuertes, nobles y generosos que conducen a instaurar una convivencia fundada sobre el respeto de cada persona y de los valores propios de la sociedad. Nos lo ha dicho claramente el Santo Padre: todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación siempre será un fracaso.
El proceso de reconciliación presupone el perdón. El Papa pidió a los jóvenes que les enseñen a los mayores a dejar el lastre del odio y sanar el corazón. Sólo el perdón puede romper el círculo vicioso de la violencia y sólo es Cristo quien da las fuerzas para perdonar. El perdón es una iniciativa que nace en el corazón de cada persona respecto de sus semejantes. El perdón es necesario para restablecer las relaciones interrumpidas y superar el odio, el rencor y la violencia.
Nunca olvidemos que la tarea pastoral que nos dejó el Papa Francisco es la de salir a anunciar el Evangelio para buscar la transformación de la realidad nacional con sus desafíos y amenazas, sus heridas y vergüenzas. Si no lo hacemos, podríamos estar defraudando a Dios “que nos ama a todos con amor de Padre” y al Papa que guarda siempre a Colombia en su corazón.
“La exigencia es construir la paz, hablando no con la lengua sino con las manos y las obras” (Papa Francisco)
+ LUIS FELIPE SANCHEZ APONTE
OBISPO DIOSCESIS DE CHIQUINQUIRÀ.