LA MISIÓN ES LA MISIÓN
El Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones nos vuelve a convocar en torno de la Persona de Jesús, “el Primero y el más Grande Evangelizador” (EN 7). Él ha sido el Primero en dejar a su familia, su tierra de Nazareth para “salir” por toda Galilea y las tierras paganas a Anunciar el Reino de Dios. Él es quien nos llama a todos a anunciar el Evangelio del Amor de Dios Padre con la fuerza poderosa del Espíritu Santo.
Nos invita el Santo Padre a colocar la Misión en el corazón de la fe cristiana, ya que la Iglesia es misionera por naturaleza y realiza su misión mediante la Evangelización. “Ella existe para Evangelizar” (EN 14). La Evangelización es llevar la Buena Nueva de Cristo a toda la humanidad para suscitar la fe e iniciar un proceso de conversión y vida nueva. La Iglesia ha tomado su origen en la Misión del Hijo y del Espíritu Santo, según la voluntad del Padre. La Iglesia o es misionera o no es Iglesia. Si la Iglesia no fuera misionera, dice el Papa Francisco sería una asociación más que terminaría rápidamente agotando su propósito y que luego desaparece.
La misión de la Iglesia está fundada sobre la fuerza transformadora del Evangelio. El Evangelio es la Buena Nueva que trae consigo la Alegría contagiosa porque ofrece una Vida Nueva, la de Cristo Resucitado que animada por el Espíritu Santo en la imitación de Cristo es para la gloria del Padre y el bien de la Iglesia.
A través de la Iglesia Jesucristo sigue evangelizando y actuando. Recordemos la enseñanza de Benedicto XVI, “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el Encuentro con un acontecimiento, con una persona: Jesús de Nazareth. El Evangelio se convierte así, por medio del Bautismo en fuente de vida nueva; por medio de la Confirmación se hace unción fortalecedora, gracias a la acción del mismo Espíritu; y por medio de la Eucaristía se convierte en alimento del hombre nuevo, “medicina de inmortalidad” (Ignacio de Antioquía).
Somos la Iglesia de Jesucristo en “estado permanente de Misión” (EG 25). La Iglesia animada por una espiritualidad de “salida misionera”. Se trata de “salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20). Añade el Pontífice: “prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (EG 49). Salir de la propia comodidad es atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la Luz del Evangelio. El Papa Benedicto XVI también nos enseñaba, “ si nosotros los católicos no anunciamos el Evangelio, otros sí lo harán” pero añade “ y si será que nosotros nos salvaremos?
El mes de las misiones es la oportunidad para tomar conciencia de ser una Iglesia en la dinámica de la salida misionera. “Sueño con una opción misionera que coloca a los Agentes de Pastoral en una actitud de salida” (EG 27). Como Iglesia estaremos en salida cuando el discípulo misionero, impulsado por el Espíritu Santo sale de su comunidad como enviado para realizar la Misión de la Iglesia.
Tú eres la Misión que el Padre te ha encomendado, así como el Hijo es el Salvador y el Espíritu Santo el Santificador. Tú eres una Misión en esta tierra y por eso estás en el mundo. Que María, Modelo de una Iglesia “en salida” te acompañe en tu Misión Evangelizadora. Porque la misión es la Misión.
+ Luis Felipe Sánchez Aponte
Obispo de la Diòcesis de Chiquinquirá.