+Luis Felipe Sánchez Aponte, Obispo de la Diócesis de Chiquinquirá
.La visita tiene un profundo sentido humano. Es la muestra afectuosa del interés de un Padre para ver, compartir y estar con los colombianos. El Papa cree en Colombia, en su futuro. Le interesa nuestra realidad colombiana. Su visita es un momento de gracia y bendición para todos.
Su misión es “fortalecernos en la fe” (Lc 22,32). La visita se llama “Apostólica” porque el Papa continúa esta labor de cuidar las Iglesias del mundo como lo hicieron los primeros apóstoles con sus primeras comunidades en la iniciación de la Iglesia. Viene a traernos un mensaje de alegría y esperanza para que tengamos una visión positiva de nuestra realidad.
Sí Él gasta una semana en su visita, nuestra invitación es salir a verlo personalmente. Quien es visitado debe responder con nobleza y gratitud. Nuestra tarea es motivar a todos los fieles para palpar su testimonio y su Mensaje de Paz y reconciliación. La hospitalidad es la virtud de reconocimiento y acogida a quien nos visita. Démosle a Él lo que nos caracteriza como colombianos: el cariño, la alegría, la sencillez y el afecto filial. Sintamos la cercanía de Jesús en la persona del Papa.
Preparémonos con la oración para esta visita tan especial. La presencia del Papa es “un tiempo de bendición que nos ayuda a dar el primer paso para comenzar con Cristo algo nuevo en beneficio de todos los colombianos”. Los días de su visita han de ser días de alegría, de convivencia fraterna. Es el momento de la siembra, de las celebraciones que deben llegar al corazón de todas las personas de buena voluntad.
La visita del Santo Padre ha de dejar una profunda huella y ha de producir abundantes frutos en nuestras comunidades. La visita del Papa es una oportunidad de cambio para que todos seamos artesanos del perdón, la reconciliación y la paz.
La imagen que se ha presentado para identificar la Visita Apostólica es la figura del Papa Francisco en movimiento dirigiéndose a Colombia. El Papa está en acción. Nos habla de una Iglesia en salida, en misión que quiere llegar con su mensaje a toda la humanidad (EG 23). Para el Papa , la Iglesia debe marchar para construir la cultura de la misericordia y la cultura del encuentro.
El lema escogido “demos el primer paso” ha sido el resultado de un profundo análisis de la realidad y está de acuerdo con la palabra “primerear”, usada por el Pontífice para significar la iniciativa que Dios ha tomado para ir a los alejados y excluidos.
Vivimos en un mundo aprisionado por el desconcierto, la inseguridad, el desconsuelo y el miedo. Una realidad semejante a la que vivió el Pueblo de Israel cuando regresó a su tierra después del exilio. El Profeta Isaías abre los corazones a la Esperanza y a la Fortaleza. Si Dios está con su Pueblo, ellos no se pueden ahogar: “No se acuerden de las cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas, miren, voy a hacer algo nuevo, y ya está brotando, ¿no se dan cuentan? (Is 43,18-19). Nuestro país necesita Esperanza y alegría y no nos podemos quedar en el lamento del pasado.
La visita del Santo Padre es una invitación para iniciar una marcha. Demos todo el primer paso para el perdón, la reconciliación, la justicia social y la Paz.
“Que por intercesión de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, esta visita del Santo Padre nos abra la mente y el corazón al Evangelio de Cristo, Nuestro Señor”.
+Luis Felipe Sánchez Aponte
Obispo de la Diócesis de Chiquinquirá.