La parábola de este domingo no invita a pensar en el llamamiento y la convocación que el Padre Dios nos ha hecho para participar y “trabajar” en su viña amada. Nuestro trabajo y nuestro servicio es establecer el Reino y luchar por la creación de un mundo más justo y más humano.
De otra parte nos enseña que los caminos de Dios son distintos de los caminos del hombre. El tiempo de Dios no es igual, ni corre paralelo al tiempo del hombre. La obra mala del hombre suscita en Dios el perdón y la misericordia; la buena obra del hombre suscita envidia en el otro.
Dios nos enseña que su misericordia y su generosidad son los instrumentos con los cuales nos llama permanentemente a vivir de acuerdo con los principios del Evangelio. El Señor nos premia no por nuestros méritos sino por nuestra actitud de conversión con que acogemos a la llamada de Jesús.
+Luis Felipe Sánchez Aponte
Obispo de la Diócesis de Chiquinquirá
Fuente: Diócesis de Chiquinquirá