DESCRIPCIÓN DE LA PASTORAL
Criterios generales para la organización de la Pastoral Presbiteral: Estos criterios muestran lo que ha de ser nuestra pastoral presbiteral y su dinamismo dentro del Plan Diocesano de Pastoral, nos muestra lo que habría que hacer y el modo de hacerlo.
En relación con los agentes de Pastoral, debe hacerse con el Buen Pastor, como Él y por Él. El Agente Primario de la Pastoral Presbiteral es Jesús de Nazaret, por su Espíritu. Se ha de realizar en la Iglesia y con la Iglesia. La Pastoral Presbiteral ha de ser orgánica, se ha de conjugar con la solidaridad y subsidiaridad en todos los niveles eclesiales, universal, nacional, diocesano, vicarial, comunidad sacerdotal e individual.
En relación con los contenidos y criterios: Hace acompañamiento y ayuda a los presbíteros; ha de ser integral. Impulsa la maduración de los presbíteros en las cuatro dimensiones: humana, intelectual, espiritual y pastoral. De igual manera en las áreas: formación permanente, comunión fraterna y bienestar integral. Ha de hacerse desde la vida ordinaria.
En relación con el modo de realizar su servicio: es permanente, es durante toda la vida y el ministerio del presbítero, para ayudar a salir de la rutina, del estancamiento y de la mediocridad. Sostenida y animada por la caridad pastoral, que es el alma, la fuente, el motor y el dinamismo de la formación permanente del presbítero. Ha de hacerse desde la comunión fraterna. Somos miembros de la Iglesia en comunión, lavándonos los pies los unos a los otros.
En relación con los destinatarios: La Pastoral presbiteral ha de servir a todos de manera personalizada. Se trata de llegar a cada presbítero personalmente. Ha de ser diferenciada por edades y situaciones. Cada edad tiene sus características y necesidades: primeros años, edad intermedia, mayores.
En relación con la organización y los medios: ha de ser sistemática y se ha de proponer lograr objetivos y metas, en etapas con pasos y acciones y con recursos adecuados. La Pastoral presbiteral ha de ser organizada definiendo lo que se quiere lograr, estructura de servicio, determinando responsabilidades, acciones y recursos a utilizar. Se ha de integrar en el único proyecto vocacional y formativo de los pastores, a partir de la familia, la vinculación al Seminario y a los formadores.
Criterios comunes:
Objetivo General
Acompañar y ayudar a los presbíteros con un proceso de renovación personal y comunitario permanente, orgánico, diferenciado, integral, sistemático, personalizado, participativo y organizado para avivar el don que han recibido por el Orden Sagrado, conseguir la maduración integral de su ser, vida y ministerio y apoyar su fidelidad, su continua conversión y su santificación personal.
Objetivos específicos:
- Conseguir que la Pastoral presbiteral sea permanente haciendo un servicio continuo, progresivo y hasta el final para que los presbíteros crezcan en su fidelidad y renovación continua.
– Lograr la organicidad en la Pastoral presbiteral que promueva la solidaridad, la subsidiaridad y participación en nivel general del presbiterio, en nivel intermedio de vicaría foránea y de comunidades sacerdotales y en el nivel personal para que se apoye mejor el crecimiento armónico de todos.
– Atender de manera diferenciada a los presbíteros según las circunstancias de su edad, situación personal y condición ministerial para que reciban el apoyo adecuado para su vida y su ministerio.
– Acompañar y ayudar a los presbíteros para que logren integralmente su formación permanente, su comunión fraterna y su bienestar integral en la dimensión humana, espiritual, intelectual y pastoral para que crezcan en su vida y en su ministerio.
– Conseguir que la pastoral presbiteral se haga de manera procesual y sistemática para lograr mayores frutos en el proceso personal y comunitario de los presbíteros.
– Acompañar y ayudar de manera personalizada a cada uno de los presbíteros para que crezcan conforme a su identidad, valores y necesidades.
– Hacer participativa la pastoral presbiteral para que los sacerdotes aprovechen mejor lo que se les ofrece y aporten a ella lo que les corresponde.
– Lograr que la pastoral presbiteral sea organizada, integrando y aprovechando adecuadamente las estructuras, los servidores, los servicios y los recursos para poyar mejor la vida y el ministerio de los presbíteros.
‘’Formar a Cristo en los hermanos (Ga 4,19), es la meta de la pastoral presbiteral.
MISIÓN Y VISIÓN.
El Obispo y sus presbíteros, partícipes de la consagración de Cristo, participan en su misión salvífica, según su mandato: ‘’Vayan, pues, y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado’’ ( Mt 28, 19-20 ). La misión evangelizadora que han de realizar el Obispo y su presbiterio, es la edificación de la comunión que es la esencia de la Iglesia y el anuncio del evangelio del reinado de un Dios que es amor. El reto fundamental para el Obispo y su presbiterio, es hacer de la Diócesis la casa y la escuela de comunión. De igual manera, hacer realidad en la Diócesis una iglesia evangelizada y evangelizadora, en salida y toda ella misionera.
Antes que ser los profesionales del culto debemos ser, por excelencia, evangelizadores, misión que no debemos eludir. El beato Pablo VI invita a los misioneros a que examinen en profundidad este pensamiento: ‘’ Los hombres y mujeres podrían salvarse por otros caminos, gracias a la misericordia de Dios, si nosotros no les anunciamos el evangelio; pero ¿podremos nosotros salvarnos, si por negligencia, por miedo, por vergüenza o por ideas falsas omitimos anunciarlo?’’. El documento de Aparecida nos invita a vivir en estado de misión permanente (n.551), y el papa Francisco nos urge a iniciar una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría del Evangelio y nos reafirma que la salida misionera es el nuevo paradigma de toda la obra de la Iglesia (EG 15). O la Iglesia es misionera o no es iglesia. La Misión es la Misión. ‘’ ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!’’, exclama San Pablo (1 Co, 9,16).
Al plantear unos objetivos, general y específicos expresamos qué es lo que queremos, cómo vemos nuestra Diócesis a un futuro próximo y lejano, queremos que nuestra Iglesia universal y diocesana sea una Iglesia de comunión y participación y por esto nuestro empeño en colaborar en el trabajo permanente de mejorar nuestro presbiterio para que sea lo que debe ser: lograr que los pastores de nuestra Diócesis sean santos.
PROYECTOS DE LA PASTORAL PRESBITERAL
El presbítero necesita profundizar constantemente su formación. De igual manera ha de asumir la responsabilidad de su propia formación, de ser el primer formador de sí mismo. Desde el día de su ordenación fue configurado para siempre con Cristo Cabeza y Pastor. Por tal motivo está llamado a mejorar continuamente para ser más eficaz en su ministerio. La formación no termina en el seminario. Al contrario, desde el día de su ordenación, el presbítero debe sentir la necesidad de perfeccionarse continuamente para ser cada vez más, la imagen viva de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Es una exigencia de fidelidad al don recibido. ‘’Por esta razón te recuerdo que reavives el carisma de Dios que está en ti’’ (2 Tim 1,6).
La formación permanente del sacerdote debe ser completa: humana, espiritual, intelectual y pastoral, sistemática y personalizada.
1. Formación Humano – Afectiva: Sin una formación humana, toda formación presbiteral estaría privada de su fundamento necesario. Es la plataforma y la cimentación sobre las cuales es posible edificar el edificio de formación intelectual, espiritual y pastoral. En esta área el presbítero de hoy debe tener el siguiente perfil:
Comprensivo, fiel al hombre, afectivamente maduro, y disciplinado.
Promotor de la vida y la paz. Defensor de los derechos humanos.
Buscador y defensor de la verdad y la justicia.
Amigo sincero, servidor, solidario, hospitalario.
Discreto, prudente, comprensivo y escuchador.
Justo, leal y fraterno. Coherente y comprometido.
Sensible y tierno.
Con alta capacidad de relación con todos.
Persona de visión, creatividad y competencia emocional.
Hábil y con destreza para resolver problemas.
Con alta capacidad de adaptación a los cambios.
Con actitud proactiva y trabajo en equipo.
Para ayudar al presbítero a adquirir este perfil, la Diócesis organiza las siguientes actividades:
Curso de formación humana en la dimensión afectivo – sexual.
Talleres sobre manejo del estrés, adiciones, cuidado con el sueño, una dieta sana, ejercicio diario y controles médicos preventivos anuales. Diplomado en evangelización digital y el empleo de las TIC en la pastoral y la misión.
Curso sobre el uso de la página Web y de las redes sociales para el mejoramiento de la comunicación. Encuentros presbiterales para fomentar la comunión, la fraternidad y la unidad.
Curso de liderazgo y desarrollo del talento humano.
2. Formación espiritual: La formación espiritual es una exigencia de la vida nueva y evangélica a la que ha sido llamado de manera específica por el Espíritu Santo infundido en el Sacramento del Orden. La vida de oración ha de ser permanente para lograr el encuentro personal con Jesucristo, para entregarnos confiadamente al Padre para vivir una experiencia profunda del Espíritu y para sentir a María que camina a nuestro lado. Por tanto, el perfil espiritual del pastor de hoy es el siguiente:
Un hombre y un creyente con experiencia de Dios.
Imagen vida de Cristo, Maestro y Pastor. Fiel a Dios, a la Iglesia y a sí mismo.
Pleno del Espíritu para santificar a su comunidad.
Testigo vivo de Cristo y con un proyecto personal de vida a la luz del Evangelio.
Discípulo, misionero y contemplativo. Sacerdote casto, obediente y pobre.
Ejemplo de espiritualidad de comunión.
Ministro de Dios con una fuerte espiritualidad mariana. Centralidad en la Palabra, la Eucaristía y la Liturgia de las horas.
Las siguientes son las actividades para ayudar al presbítero a lograr este perfil:
Ejercicios espirituales anuales del presbiterio.
Cursos sobre sacramentos. Cadena de oración comunitaria de cada día.
Encuentro sobre espiritualidad de comunión.
Vivencia de espiritualidad mariana.
Ayuda eficaz del director espiritual.
Proyecto de vida personal y comunitario.
Integración a una pequeña comunidad de Nueva Evangelización a fin de seguir el proceso de maduración en la fe.
Ejercicio de la Lectio Divina personal y comunitaria.
Días de retiros en lugar escogido por el (los) presbítero(os).
Meditación personal.
3. Formación intelectual: Es parte de la condición humana en la búsqueda continua de la verdad, es una exigencia insustituible de la inteligencia con la que el hombre participando de la luz de la inteligencia divina, trata de conseguir la sabiduría que a su vez se abre y avanza al conocimiento de Dios y a su adhesión. La formación intelectual en el contexto actual, capacita a los sacerdotes para anunciar el inmutable evangelio de Cristo y hacerlo creíble frente a las legítimas exigencias de la razón humana.
El perfil requerido para el presbítero de hoy es el siguiente:
Filosófica y teológicamente competente.
Actualizado en la recta doctrina. Evangelizador de la Cultura.
Crítico constructivo y analítico.
Especialista en un área del conocimiento afín a la Teología.
Mente abierta al cambio.
Conocedor de los medios de comunicación social.
Habla una segunda lengua. Investigador. Escritor.
Para ayudar al presbítero a adquirir este perfil la Diócesis cuenta con las siguientes actividades:
Diplomado en Biblia, el magisterio de la Iglesia y otras disciplinas.
Licenciaturas con las universidades.
Cursos de actualización en el Instituto Pastoral de la Diócesis.
Participación en los congresos de Teología a nivel nacional e internacional.
Encuentros de actualización sobre los temas de mayor relevancia en la cultura actual.
Encuentros de actualización en asuntos administrativos, laborales, judiciales y tributarios.
Formación personalizada y aprovechamiento de cursos virtuales.
Aprendizaje de los idiomas para estudiar la Biblia especialmente el griego, y los idiomas modernos inglés, italiano, francés.
Doctorados en el exterior o en Colombia.
4. Formación pastoral: ´´Les daré pastores según mi corazón´´ (Jr 3,15), promete Dios a su pueblo. Los sacerdotes como colaboradores de los obispos han recibido la misma misión de Jesús, el Pastor de las ovejas (Heb 13,20). A ellos les encomienda el Señor, generar procesos de Nueva Evangelización. Así, bajo la guía del Espíritu Santo y mediante la caridad pastoral, se incultura el Evangelio en la sociedad actual.
El perfil del Buen Pastor para los tiempos actuales:
Maestro de la Palabra (Profeta).
Ministro de los sacramentos (Liturgo).
Ejemplo de Caridad Pastoral (Servidor).
Discípulo – Misionero. Protagonista de la Nueva Evangelización.
Inculturado.
Testigo de la misericordia de Dios.
Promotor de la Pastoral de conjunto.
Hombre de conversión personal y pastoral permanentes.
Líder en las cuatro áreas de la formación permanente.
Con el fin de lograr este perfil la Diócesis cuenta con las siguientes ayudas:
Acompañamiento personalizado a las parroquias para la ejecución del SINE.
Encuentros mensuales de la comunidad de servidores de la Nueva Evangelización SED.
Capacitación anual en la reunión de evaluación y programación orientada por la Red Nacional de Nueva Evangelización.
Participación en los cursos de formación a nivel regional, nacional e internacional. Ejecución y evaluación del Plan Diocesano de Misión y Pastoral integral.
Encuentro anual diocesano de Comunidades de Nueva Evangelización.
Formación en los diferentes ministerios fundamentales y específicos promovidos por la Red de Nueva Evangelización. ‘
"Les daré pastores según mi corazón’’. (Jr 3,15).
Calle 16 No. 10-50, Tel. (098) 726 2017, Fax: 726 2043 - Chiquinquirá, Boyacá; Cel. 320 8485179,
E-MAIL: [email protected] , [email protected] www.diocesisdechiquinquira.org